EL ADORATORIO DE LAS RANAS {EDIT}
…..El joven “Matlacoatl” no
soportò màs ver a la pequeña “Yohualtzin” sufrir de la tremenda fiebre
que tenia por las paperas, y por haber estado perdidos por màs de seis
dias no sabian donde encontrar la planta medicinal para los emplastos (sàbila) y, decidido , tomò su hacha de “obsidiana”
y su lazo de liana de “bejuco” dicièndole – yo regreso por el
emplasto, no dejarè que sufras màs - comenzando su camino se dio
cuenta que lo perseguia su hermana “Xochitl”, le gritò que se quedara,
pero ella no dejò que fuera solo en tan espesa selva en la cual eran
extraños.
El sol comenzò a enseñarse por entre los àrboles de bàlsamo y cacao. Bajaron por la colina a un rìo nuevo que corria ferozmente de un ancho de diez a quince metros y con piedras rocosas que podian matarlos en un instante si cayeran en ellos; luego de pasar un tiempo buscando còmo cruzar el rio, “Xochitl” le enseñò una palmera vieja, alta, de unos veinte metros de largo que estaba al orilla inclinada hacia adentro del rìo . “Xochitl” le señalò la punta de la palma de coco y èl comenzò a subirlo, pero por estar a la orilla del rìo, habia creado lama en los primeros metros, èl intentaba subirlo desesperadamente pero se deslizaba de regreso al suelo. Cuando por fin logrò agarrarse del palo con determinaciòn por encontrar la planta medicinal, logrò llegar a la punta, luego amarrando la liana de “bejuco” y tiràndosela a “Xochitl” se meciò hacia atràs corriendo en medio cìrculo para saltar el rio llegando apenas al otro lado luego de amarrar la liana a un cacao. “Matlacoalt”, como si fuera mono araña, se deslizaba en la liana hasta donde estaba su hermana; luego, movièndose como conejos perseguidos por la zorra, siguieron buscando el valle donde se dan las plantas de medicina – {editado} - ya cansados de haber recorido el barranco, llegaron a la parte plana cuando, al mover los arbustos y zacate alto donde se daba la esperanza de encontrar la planta de la cura, “Xochitl” abriò las hojas y ramas a un lado para poder pasar cuando se quedo atònita de lo que veia.
“Matlacoalt” le gritaba que se moviera y empujándola a un lado, èl quedo aùn màs atontado de tan imponente valle por encima de los barrancos y al fondo la grandiosa cordillera de montañas resguardando tan fabulosa planicie balsamera que parecia interminable. Por un momento admiraron tan fèrtil terreno cuando ”Matlacoalt” dijo – Acà es donde nos quedaremos por siempre - caminaron hacia la cordillera donde sabia que encontraria la cura de su hermana menor, – {editado} -, al llegar a la orilla del rio mismo que casi los mata horas antes, ahora se desplazaba suavemente sobre su caudal como un murmullo y escuchando ese interminable canto de las ranas guiàndolos hacia donde su familia estaba . Siguiendo el caudal del rio comenzaron a entender como èste rodeaba el valle protegièndolo de intrusos y ladrones. El caudal se hacìa cada vez màs y màs grande y enfurecido. Llegaron a una parte donde el rio se hace dos, una parte se perdia en un barranco que luego entendiò era el mismo que habia atravesado, y el otro caudal se hacia como concordia de piedras agrandàndose cada vez màs - {editado} – . Al comenzar a saltar de piedra en piedra cruzando el rìo, “Matlacoalt” se parò en la roca mas grande y se volteò hacia atràs viendo la magnificente cascada que brotaba de entre “la piedrona” , esa gran peña que sobresalìa por encima de la cordillera, de la que brotaba una imponente agua cristalina por la parte media y el canto interminable de ranas que parecia ritual religioso a todo lo largo del rio, un canto interminable y suave como un murmullo que despues se fuera perdiendo poco a poco quedando atràs lo que seria la tierra de las ranas y su adoratorio…. Guaymoco . escrito y editado por: Maximiliano Navas Editora de texto: Astrid Quiñònez Glosario: Concordia: sustantivo de armonia ,igualdad, contrapeso, equilibrio Matlacoatl: Serpiente Azul, Yohualtzin: Nochecita, Xochit: Flor, Guaymoco: Adoratorio de las ranas esta piesa a sido editada de su capitulo original
El sol comenzò a enseñarse por entre los àrboles de bàlsamo y cacao. Bajaron por la colina a un rìo nuevo que corria ferozmente de un ancho de diez a quince metros y con piedras rocosas que podian matarlos en un instante si cayeran en ellos; luego de pasar un tiempo buscando còmo cruzar el rio, “Xochitl” le enseñò una palmera vieja, alta, de unos veinte metros de largo que estaba al orilla inclinada hacia adentro del rìo . “Xochitl” le señalò la punta de la palma de coco y èl comenzò a subirlo, pero por estar a la orilla del rìo, habia creado lama en los primeros metros, èl intentaba subirlo desesperadamente pero se deslizaba de regreso al suelo. Cuando por fin logrò agarrarse del palo con determinaciòn por encontrar la planta medicinal, logrò llegar a la punta, luego amarrando la liana de “bejuco” y tiràndosela a “Xochitl” se meciò hacia atràs corriendo en medio cìrculo para saltar el rio llegando apenas al otro lado luego de amarrar la liana a un cacao. “Matlacoalt”, como si fuera mono araña, se deslizaba en la liana hasta donde estaba su hermana; luego, movièndose como conejos perseguidos por la zorra, siguieron buscando el valle donde se dan las plantas de medicina – {editado} - ya cansados de haber recorido el barranco, llegaron a la parte plana cuando, al mover los arbustos y zacate alto donde se daba la esperanza de encontrar la planta de la cura, “Xochitl” abriò las hojas y ramas a un lado para poder pasar cuando se quedo atònita de lo que veia.
“Matlacoalt” le gritaba que se moviera y empujándola a un lado, èl quedo aùn màs atontado de tan imponente valle por encima de los barrancos y al fondo la grandiosa cordillera de montañas resguardando tan fabulosa planicie balsamera que parecia interminable. Por un momento admiraron tan fèrtil terreno cuando ”Matlacoalt” dijo – Acà es donde nos quedaremos por siempre - caminaron hacia la cordillera donde sabia que encontraria la cura de su hermana menor, – {editado} -, al llegar a la orilla del rio mismo que casi los mata horas antes, ahora se desplazaba suavemente sobre su caudal como un murmullo y escuchando ese interminable canto de las ranas guiàndolos hacia donde su familia estaba . Siguiendo el caudal del rio comenzaron a entender como èste rodeaba el valle protegièndolo de intrusos y ladrones. El caudal se hacìa cada vez màs y màs grande y enfurecido. Llegaron a una parte donde el rio se hace dos, una parte se perdia en un barranco que luego entendiò era el mismo que habia atravesado, y el otro caudal se hacia como concordia de piedras agrandàndose cada vez màs - {editado} – . Al comenzar a saltar de piedra en piedra cruzando el rìo, “Matlacoalt” se parò en la roca mas grande y se volteò hacia atràs viendo la magnificente cascada que brotaba de entre “la piedrona” , esa gran peña que sobresalìa por encima de la cordillera, de la que brotaba una imponente agua cristalina por la parte media y el canto interminable de ranas que parecia ritual religioso a todo lo largo del rio, un canto interminable y suave como un murmullo que despues se fuera perdiendo poco a poco quedando atràs lo que seria la tierra de las ranas y su adoratorio…. Guaymoco . escrito y editado por: Maximiliano Navas Editora de texto: Astrid Quiñònez Glosario: Concordia: sustantivo de armonia ,igualdad, contrapeso, equilibrio Matlacoatl: Serpiente Azul, Yohualtzin: Nochecita, Xochit: Flor, Guaymoco: Adoratorio de las ranas esta piesa a sido editada de su capitulo original
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